Ciudad de México, 24 de junio (SinEmbargo).– Varias organizaciones civiles de Estados Unidos, algunas suficientemente poderosas para alzar la voz como la Unión de Libertades Civiles, acusaron a agentes de la Patrulla Fronteriza de abuso sexual contra menores migrantes que son detenidos en su intento por cruzar desde México hacia el norte.

Por ello, ha presentado una denuncia ante tribunales de Estados Unidos.

VER ADEMÁS: Felipe González Morales, relator sobre los Derechos de los Migrantes de la CIDH, detalló a SinEmbargo que estos abusos sexuales fueron cometidos durante la detención, pues policías agredieron a los menores centroamericanos antes de llevarlos a los centros de reclusión. IR A LA NOTA

Luego de entrevistar a muchos de estos menores detenidos y luego confinados en refugios temporales, dijeron que los agentes de la Patrulla Fronteriza realizan prácticas de tortura, los humillan con comentarios raciales y obligándolos a convivir en condiciones infrahumanas. Se les limita el agua y los servicios sanitarios, los alimentos y la atención de salud.

Pero no sólo los menores migrantes: también los habitantes de la región han reportado excesos contra civiles. La Unión de Libertades Civiles difundió una serie de videos para tratar de hacer conciencia sobre esta crisis humanitaria que ha convertido la frontera en zona de guerra.

El Proyecto Esperanza de Derechos de los Inmigrantes con sede en Los Ángeles se ha unido a la denuncia. Acusa a las autoridades y en especial a la Patrulla Fronteriza de abusar de niños migrantes que han cruzado sin documentos y sin sus padres a Estados Unidos.

Unido a otras organizaciones, Proyecto Esperanza ha presentado una denuncia formal contra las autoridades de Estados Unidos, y en especial contra la Patrulla Fronteriza, por las violaciones cometidas desde que se inició la crisis de los menores migrantes.

“La mayoría de los 116 niños citados en la denuncia estaban tratando de reunirse con familiares en el sur de California, de acuerdo con funcionarios de Esperanza. Noventa y siete de los menores de edad tienen casos pendientes en los tribunales de inmigración en Los Angeles, que cubre la mayor parte del sur de California, con exclusión de San Diego”, explica KPCC, una estación de radio pública de California.

Alrededor del 70 por ciento de los menores de edad que fueron detenidos y luego reubicados describieron los refugios temporales como insalubres, con temperaturas de punto de congelación y el hacinamiento.

Además, alrededor del 25 por ciento de los niños reportó algún tipo de abuso físico, incluyendo el sexual, golpizas, y el uso de posiciones de estrés. Más del 50 por ciento acusó de comentarios raciales y sexualmente cargados, así como amenazas de muerte.

Más del 50 por ciento informó que le fue negada atención médica, incluida la atención a los menores de edad, mujeres embarazadas y lactantes.

Más del 80 por ciento reporta negación de alimentos y agua suficiente. Un niño informó que bebió agua de un tanque del inodoro, mientras que otros recibieron “sólo los alimentos congelados o en mal estado y, posteriormente, se enfermaron”.

El 30 por ciento informó que su dinero nunca fue devuelto a sus familiares. Los niños, algunos de los cuales habían sido víctimas de abuso sexual en su país de origen, se quejaron de “tener que usar los baños con inmundicia y a la vista de los demás detenidos y con cámaras de seguridad.

“El abuso agrava el trauma que muchos de estos niños ya han sufrido”, dijo Erika Pinheiro, abogada de inmigración en Proyecto Esperanza.

“La frontera México-Estados Unidos se ha convertido en una zona militarizada, todo en nombre de la ‘seguridad fronteriza’”, denunció la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU, en inglés). “La afirmación de la Patrulla Fronteriza con amplios poderes, junto con la falta de supervisión efectiva de la región, ha dado lugar a un salto sin precedentes en violaciones de los derechos civiles”.

“Hay puestos de control armados de agentes de la Patrulla Fronteriza en casi todas las carreteras. Hay patrullas itinerantes que obligan a los civiles inocentes a bajarse de sus autos. Hay cámaras de vigilancia, aviones no tripulados y helicópteros que invaden la privacidad de los residentes de la frontera. Mientras, los inmigrantes y los latinos son los más afectados de abusos más excesivas de la Patrulla Fronteriza”.

La Unión difundió una serie de testimonios en los que se da cuenta de los abusos cometidos ya no sólo a los migrantes, sino también a los habitantes ordinarios de los condados que hacen frontera con México.

LOS MUERTOS A LA BASURA

Apenas el domingo pasado se dio a conocer que un grupo de antropólogos voluntarios descubrieron fosas comunes en un cementerio de Texas, las cuales contienen los restos de inmigrantes fallecidos en su intento por cruzar la frontera de México con Estados Unidos.

El descubrimiento se realizó en el cementerio Sacred Heart (Sagrado Corazón) en Falfurrias, al sur de Texas, informó el periódico Corpus Christi Caller Times. La antropóloga Lori Baker, de la Universidad Baylor; la antropóloga forense Krista Latham, de la Universidad de Indianápolis, y estudiantes de ambas instituciones trabajaban en el proyecto “Reunificando a las familias” desde hace dos semanas para identificar a inmigrantes que han perdido la vida en la zona cercana a la frontera entre México y Estados Unidos.

“Los investigadores encontraron los cuerpos dentro de bolsas para basura, de compras y para cadáveres y hasta sin envolver”, reprodujo el rotativo y agregó que en una de las bolsas se ubicaron los restos de tres y hasta de cinco personas en algunas otras.

Los investigadores y sus estudiantes exhumaron los restos de 110 personas durante 2013. Este año llevan hasta el momento 52 exhumaciones, pero señalaron que el número de cadáveres es mayor e incalculable debido a que los restos fueron mezclados, por lo cual necesitaran hacer estudios forenses, señaló Baker. 

Los investigadores dijeron al periódico que algunos restos fueron encontrados bajo provisionales lápidas pequeñas que llevaban el nombre de una funeraria local: Funeraria del Angel Howard-Williams.

Por su parte, funcionarios de los condados Brooks y Jom Hogg afirmaron que la funeraria cobró 450 dólares para poder hacerse cargo de los cadáveres recuperados en la región ubicada al sur de Texas, una zona que es a menudo mortal para inmigrantes de México y América Central que emprenden grandes travesías a pie por fincas ganaderas, en medio de temperaturas sofocantes para evitar un puesto de control cercano de la Patrulla Fronteriza.

El subcomisario de la Policía del condado vecino de Jim Hogg, Lorenzo Benavides, dijo que la práctica de colocar los restos de los migrantes fallecidos en la región en fosas comunes se remonta a cuando menos 22 años, según recordó a Corpus Christi Caller Times.

Cuando el diario local intento buscar detalles con la funeraria encargada de los entierros, la empresa omitió dar detalles y documentos. Sin embargo, las antropólogas describieron el descubrimiento como abominable.